MUSEOLOGÍA
RESTAURANDO VÍNCULOS ENTRE GALES Y PATAGONIA
El museólogo del IPCSH, Sebastián Pérez Parry, estuvo seis meses en Gales trabajando en la restauración de la capilla Engedi, de gran importancia en la historia de la colonia gales a en Patagonia. Esta es su historia.
“Necesitábamos de un patagónico- me dijo Liam Kurmos, director del proyecto Engedi 2.0, un día lluvioso de Caernarfon, en el que el clima no permitía trabajar en el patio de la capilla y yo decidí adentrarme en el sótano oscuro y comenzar a sacar las enormes bolsas de basura que tapaban la escalera. Con esa iniciativa gané su confianza y devolví la energía al proyecto”.
Así comienza su relato Sebastián Pérez Parry, museólogo, bibliotecario y archivista del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH) del CONICET en Puerto Madryn, quien estuvo desde julio de 2024 a febrero de 2025 realizando una pasantía vinculada a la restauración de la capilla Engedi, en Caernarfon, norte de Gales, donde Lewis Jones y sus compañeros se atrevieron a soñar con una comunidad galesa lejos de las costas británicas. Desde su regreso, el museólogo del CONICET realizó sendas charlas, una en Puerto Madryn y otra en Esquel, narrando aquella riquísima experiencia que lo tuvo como protagonista desde lo profesional, pero también desde su propia historia personal.
Engedi es una antigua capilla metodista de la ciudad de Caernarfon, fundada en 1842 y cerrada en 1999. En una modesta sala de la capilla solía reunirse la Sociedad Literaria de Caernarfon, de la cual uno de sus referentes fundadores era el entonces tipógrafo Lewis Jones. En 1856, este colectivo de personas se planteó la posibilidad de crear una colonia al otro lado del Atlántico, donde la lengua y la cultura galesa pudieran prosperar. Por ello, la capilla es de gran importancia para lo que tiempo después se conocería como Y Wladfa (la colonia).
El museólogo del IPCSH participó durante 6 meses del Proyecto Engedi 2.0, impulsado por la ONG galesa del mismo nombre, que pretende convertir la capilla en un centro comunitario y también en museo para recordar a Lewis Jones. En los últimos años, la capilla estuvo vacía y sufrió importantes daños. El profesional del CONICET tuvo a su cargo las tareas iniciales de puesta en valor el tiempo que duró su estancia en Gales, como la reparación del techo de pizarra, la restauración de aberturas originales, molduras y cielo raso de yeso. Por otro lado, trabajó en re ensamblar bancos de madera y la estructura tubular del órgano de viento, que había sido vandalizado.
En sus charlas, Pérez Parry compartió sus vivencias, que lo tuvieron como protagonista desde la mismísima búsqueda de sus raíces: "Mi apellido es Parry y encontré a muchos descendientes de la familia Parry allí en Caernarfon. Logré rastrear el desarrollo de mi familia en esta zona hasta que emigraron a la Patagonia. Creo que esta experiencia puede servir a otros descendientes de galeses a contactarse con los archivos de Gales”.
¿Qué te motivó a realizar este viaje?
El viaje que inicié en enero de 2024 cambió mi vida personal y profesional. Todo se remonta al momento en que decidí conocer y recorrer el país de mis abuelos, Gales. Mientras reunía información sobre el viaje, busqué también espacios donde desarrollar voluntariados o pasantías.
¿Y lograste dar con algo de eso?
En esta búsqueda de desafíos profesionales tuve la suerte de toparme con el proyecto Engedi 2.0, y con su director Liam Kurmos. Engedi 2.0 busca convertir la capilla Engedi en un centro comunitario, generando un espacio de usos múltiples para artistas y emprendedores. Esta capilla, ubicada en Caernarfon, es muy importante para la comunidad galesa de Patagonia porque en ese lugar se debatió por primera vez la idea de crear en aquellas lejanas tierras una colonia de inmigrantes galeses que escapaban de numerosas penurias socio económicas, entre ellas la pérdida de su identidad, idioma y cultura. Uno de los promotores de este viaje fue Lewis Jones, nacido en Caernarfon y miembro de la Sociedad Literaria de Caernarfon que funciono en Engedi. Gracias a su motivación, el 28 de julio de 1865 un grupo de 150 colonos galeses desembarcan en la actual costa de Puerto Madryn, Chubut, Argentina, y dieron inicio a un movimiento migratorio de suma importancia para la historia de Patagonia.
¿Y vos sos descendiente de alguno de aquellos viajeros?
Mis tatarabuelos viajaron en el Mimosa, el barco en el que realizaron tan épico viaje, por lo que mi historia familiar siempre estuvo vinculada, sin saberlo, con la capilla Engedi. Ellos eran la familia Price: Edward Price padre, su esposa Martha Parry y una niña de dos años, Ellen Price.
¿Cómo fue la llegada de Madryn a Caernarfon?
Cuando me enteré del proceso de restauración que se llevaba a cabo, ofrecí mis servicios y amplia experiencia como museólogo y restaurador. Liam gentilmente escribió la carta de invitación para que, desde CONICET, me permitieran desarrollar una pasantía que duró 6 meses, de agosto de 2024 a febrero de 2025. Entonces partí para Gales el mismísimo 28 de julio. Lo programé así para recordar ese primer viaje de los galeses. Durante el primer mes me acompañó mi esposa, Ángeles Meza, también museóloga, quien me asesoró y acompañó durante todo el proyecto, también a la distancia. Al llegar a Gales quedamos maravillados con los paisajes y castillos.
Primero llegamos desde Londres por colectivo a Liverpool, y luego tomamos un tren hasta Bangor. Allí tomamos un bus final hasta Astralship, otro hermoso proyecto de Liam. En Astralship, viví un mes. Allí Liam creó, también en una capilla, un proyecto para el desarrollo personal. Un espacio cultural y artístico en las montañas de Snowdonia. Los primeros días fueron muy lluviosos, por lo que no podíamos trabajar en Engedi. Aproveché ese tiempo para conocer a Liam y profundizar en sus expectativas del proyecto. También estudié mucho el idioma galés y pude recorrer el pueblo de Deiniolen”.
¿Y entonces, el primer contacto con la capilla Engedi, cómo fue?
Cuando finalmente conocimos Engedi, notamos rápidamente que el grado de destrucción era mayor al esperado y al que habíamos podido vislumbrar en los videos sobre el proyecto. Liam nos explicó que el sitio había sido vandalizado y que varias personas habían vivido allí de manera ilegal en los últimos años y que habían puesto enormes trabas al proyecto de restauración. De esta primer visita recuerdo verlo a Liam luchando con las palomas que ingresaban a la capilla, cerrando ventanas y ahuyentándolas. Esta tarea luego iba a ser uno de mis principales desafíos y las palomas mi única compañía durante un buen tiempo. Otros voluntarios limpiaban el patio, donde existía una frondosa vegetación, y otros el sótano, repletos de objetos en desuso.
¿Cuáles fueron los primeros trabajos de restauración que hiciste?
En la capilla había una gran cantidad de basura acumulada, el antiguo órgano de viento estaba destruido, y el cielo raso con múltiples desprendimientos. Maderas podridas hongos y humedad. De esta primer visita recuerdo ver este panorama muy desalentador y que por momentos parecía que la restauración iba a ser imposible.
El primer desafío fue el de reparar un gran agujero en el techo, reponer cielo raso, las aberturas y reparar hoyos del suelo. Sin embargo, más allá de tomarlo como un desafío personal por toda la aventura que implicaba mudarme a este lugar, recuerdo contarle a Liam que la primera vivienda en Patagonia de mis antepasados había sido una cueva, por lo que Liam comentó: ¡un lugar como este hubiera sido un palacio para esos pioneros! Juntos nos reímos.
Entre agosto y septiembre trabajé en la reparación de la habitación mientras vivía en Astralship y viajaba a Engedi. A veces Liam nos llevaba con los voluntarios y otras viajaba solo en el bus. Recuerdo sentir una gran emoción cuando Liam me dio la llave de la capilla para que pudiera manejar mejor mis tiempos. Con la llave en mano, pude afrontar jornadas más largas de trabajo y llegar así a tener lista la habitación para cuando llegara el invierno.
Liam me ayudo con el techo de pizarra, demostrando una gran experticia técnica. Aprovechamos el agujero del techo para instalar una ventana. Me encargué de pintar la caja fuerte y ubicarla en su lugar correspondiente. Una de mis primeras tareas fue la de reparar una antigua ventana, pintarla y ubicarla. La pinté de color azul, que era el único disponible, y la ubiqué, aunque no tuviéramos los vidrios para ponerle.
Tiempo después, Vlad, un voluntario que había trabajado en esa habitación colaborando con la limpieza, me felicitó y me dijo que ese pequeño gesto le había devuelto cierto optimismo al proyecto y que poco a poco, lo que parecía imposible, se fue convirtiendo en tareas que podíamos resolver.
¿Qué experiencia sentís que aportaste al proyecto Engedi 2.0?
Soy responsable del Centro Documental y biblioteca del Instituto, donde me dedico a la puesta en valor de objetos y sitios patrimoniales. Participé del rescate de los objetos de Juan Moreteau, de la colección Galina y recientemente de las tareas de rescate de libros en bibliotecas universitarias de Bahia Blanca afectadas por el temporal. Llevo 30 años trabajando en museos, como el Feruglio de Trelew, donde me inicié como voluntario a los 12 años.
Iniciativa y resiliencia
¿Cómo fue vivir en la capilla?
En octubre Liam viajo casi un mes a Francia y yo pude mudarme a Engedi. La primera noche no fue sencilla. Adaptarme al lugar, aún con el temor de la visita de posibles vándalos. Vivir solo en un lugar tan grande. No dormí bien y dormí con la luz encendida. Dormí en el piso porque aún no habíamos instalado la cama. Si bien no habíamos puesto el aislante del techo, el clima aún era agradable.
Pero en menos de una semana ya era un ciudadano más de Caernarfon, tenía resuelto alojamiento y comida y podía practicar arquería, una actividad por la que tengo mucha pasión. Finalizada la habitación, noté que el espacio era un buen lugar para ir ubicando los objetos antiguos que iba rescatando, por lo que le propuse a Liam crear allí una sala museo sobre Lewis Jones y la historia del lugar. Con esta idea avancé en la restauración de la chimenea de hierro y en la construcción de mobiliario que le diera el aspecto de una antigua vivienda galesa.
¿Fue muy difícil recuperar la capilla después de tantos años de abandono?
El principal problema para recuperar Engedi era, como ya conté, la gran cantidad de basura acumulada y la imposibilidad de deshacerse de ella por los costos de los contenedores y servicios de limpieza. Esta basura no solo eran escombros y vidrios rotos, sino ropa, muebles, botellas y trastos acumulados por los ocupantes durante mucho tiempo. El espacio no solo era la capilla, de gran tamaño, sino que el proyecto contemplaba el uso del sótano y del patio. Todo cubierto de vegetación y objetos inútiles.
Luego de un buen diagnóstico y de realizar un plan de trabajo que le envié a Liam, comencé con las tareas de limpieza. Liam tiempo después me confeso que le había parecido algo imposible de resolver lo de la limpieza del espacio sin gastar dinero, pero con el cronograma en marcha y duro trabajo fueron ocurriendo cosas muy positivas. El habitar el lugar me permitía conocer a los vecinos, quienes eran los destinatarios finales del proyecto. Tal fue el caso de David Kebbles, un vecino muy comprometido con su comunidad y muy interesado en mi historia y la historia de Patagonia.
¿Y contabas con algo de financiamiento para todas estas gestiones?
Soy gestor cultural y he tenido participación en varios proyectos argentinos con poco o sin financiamiento. Por eso sabía que las posibilidades de éxito radican en la oportunidad de gestionar redes de trabajo y en abordar poco a poco los objetivos. Le plantee a David, el vecino, nuestro principal problema para deshacernos de la basura y él me ofreció ayuda y su camioneta para poder llevar todo al centro de reciclado en las afueras de Caernarfon. En un mes pude despejar el sótano y la capilla”.
Como soy muy aficionado a la música también, cree un espacio para invitar a músicos y que puedan sentirse cómodos en una sala de ensayos y conciertos con un pequeño escenario con madera recuperada. Si bien no teníamos financiamiento, había mucha materia prima y herramientas para trabajar. Al regresar Liam de su viaje encontró muy cambiado el lugar y lo note con una mayor energía. Liam se abocó al desarrollo del sitio web, mientras yo continuaba con las tareas de restauración.
Desde Gales, los creadores del Proyecto Engedi 2.0 afirman que la capilla puede servir como una suerte de embajada para diversas propuestas culturales generadas en Chubut relacionadas a Y Wladfa, que podrían representarse en Gales. Para fortalecer la conexión entre Caernarfon y la Patagonia, Sebastián montó un mini museo en memoria de Lewis Jones.
¿Cómo es ese museo que recuerda a Lewis Jones?
Por el momento se trata de una habitación pequeña, no está completo. Quería crear una habitación típica de la época con objetos que encontré en la capilla vinculados a Lewis Jones y a aquellas primeras reuniones.
¿Y también pudiste comenzar con la restauración del viejo órgano?
Luego de la limpieza general, podía concentrarme en la restauración de los espacios vandalizados, como por ejemplo los bancos de la capilla y el órgano. Los tubos de metal del órgano de viento habían sido arrancados con la idea de venderlos. Por suerte pudimos encontrar todos y volver a instalarlos. Noté que la placa de bronce del ingreso había corrido la misma suerte, pero no pude hallarla. Seguramente muchos objetos del lugar aún pueden recuperarse.
En los tiempos libres, recorría la ciudad y alrededores del castillo. Noté cómo muchos bares tiraban elementos de gran valor y muy útiles para Engedi, como sillas, mesas, vajilla. Me tomé la tarea de recorrer todas las noches estos espacios y juntar elementos para la propuesta musical del sótano.
¿Cómo pensaste darle visibilidad a la tarea que estabas haciendo?
Buscaba realizar tareas que pudieran devolver el espíritu al proyecto, cosas que pudieran ser mostradas. Gestione una entrevista con la BBC de Gales y pudimos contar la propuesta. Esta nota, luego, la compartí con los vecinos. Si bien en todo momento sabía que 6 meses no iban a ser suficientes para devolverle su esplendor a Engedi, seleccioné tareas que pudieran demostrar el potencial del proyecto y sirvieran como postal para invitar a nuevos voluntarios y obtener financiamiento.
Pasando en limpio
La última semana pude realizar un balance muy positivo que puedo sintetizar en este punteo:
- Museo Lewis Jones: Reparación de techo (pizarra, aislante y cielorraso) restauración de aberturas, pared y caja fuerte. Restauración de chimenea, pintura integral, restauración lijado y barnizado de piso, armado de mobiliario exhibidor. Restauración de objetos históricos.
- Baños: Limpieza y orden.
- Cocina: creación de un espacio para cocinar.
- Pasillos de ingreso a las salas: remoción de cielo raso y pintura
- Sótano: Limpieza, reparación de ventanas, creación de escenario, creación de barra para atención, instalación de mural, recuperación de instalación eléctrica. Recuperación de mobiliario (mesas, sillas), pintura.
- Habitaciones de subsuelo: Armado de taller, pintura. Creación de oficina administrativa. Limpieza, pintura, reparación de ventana y reparación de instalación eléctrica.
- Patio: Limpieza de escenario. Eliminación de residuos.
- Capilla: Armado de andamios, ensamble de bancos, ensamble de órgano, limpieza general.
- Redes y prensa: vinculación con vecinos, promoción de actividades y gestión de entrevista con la BBC y el canal S4C para el país de Gales y prensa en medios argentinos
- Atención al público: Anfitrión de músicos en los ensayos.
- Vinculación: Planificación de charlas de divulgación, a mi regreso, en las Asociaciones Galesas de Chubut (Puerto Madryn, Esquel, Trelew, Rawson, Comodoro Rivadavia). Estas presentaciones irían acompañadas de una muestra artística de pinturas del artista Facundo Palacios y por el músico Pablo Pecorelli. Además, se entregarían ejemplares del Cancionero de música Galesa a las instituciones asistentes.
Generando redes
Una de mis estrategias para conocer gente del lugar fue abrir las puertas de la capilla y poner la radio FM CLASSIC. Los vecinos se acercaban curiosos, ya que era un lugar desconocido por todos. Así conocí a Gwennor Jones, quien fue una gran amiga y colaboradora durante los últimos meses. Gwennor es arquitecta y entendió rápidamente el potencial de la propuesta. Nos gestionó una reunión con los vecinos y pudimos desarrollar la idea en una cena de arepas en su casa.
Allí conocimos a una antigua vecina que había llegado a estudiar en el sótano de Engedi antes de su cierre en los ´90, quien nos comentó que allí funcionó una escuela cuando no había escuelas en la región.
Liam Kurmos, director del proyecto Engedi 2.0 cuenta para qué se está restaurando la capilla y destaca el trabajo del museólogo patagónico.