Recuperando la historia a través de la música

 

Verónika Diaz Abrahan
Investigadora del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas “Dra. María Florencia del Castillo Bernal” (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y del Laboratorio Interdisciplinario de Neurociencia Cognitiva.

 

La música, es una actividad omnipresente que ha acompañado históricamente a todas las culturas, entrelazada fuertemente con la vida social. Se crea y se desarrolla conforme las concepciones culturales de cada sociedad, abordando aspectos como el encuentro, los vínculos familiares y sociales, las relaciones intergeneracionales, así como la naturaleza y diversas ritualidades (Shifres, 2020). Más allá de la función recreativa, la música desempeña diversos roles y tiene múltiples propósitos. Es por ello, que no sorprende que sus estilos generales, y el folclore en particular, sean considerados un recurso importante no sólo para la recuperación y preservación de la historia de cada pueblo, sino que también para la reinterpretación y resignificación de la identidad social y cultural.

Durante las experiencias musicales se establecen relaciones de sentido y significado entre las personas, lo sonoro-musical y los diversos contextos socioculturales. Estas relaciones se plasman tanto en narrativas personales como en los objetos musicales. La descripción de la música característica de un pueblo o cultura, así como las vivencias generadas en torno a las experiencias musicales, se consideran objetos de estudio debido a su capacidad para reconstruir la historia. Las biografías de músicos, las letras de canciones, la notación musical y el contenido de las partituras, los estilos musicales, la presencia o ausencia de instrumentos musicales y sus modos de uso, todos ellos cuentan historias, o más precisamente, “cantan historias”, sobre costumbres, religiones, relaciones sociales, eventos e incluso historias personales y particulares.

Desde una perspectiva social, la memoria y la historia pueden ser entendidas como un proceso colectivo que emergen del rememorar de las personas de una sociedad, compartiendo un depósito común de significados donde se entrelazan signos, símbolos y recuerdos individuales resignificados en el contexto social (Halbwacs, 1992). Así, al escuchar una pieza musical, leer una partitura, tocar un instrumento o formar parte de un ensamble, estas experiencias se convierten en activadores de la memoria individual y colectiva. La música y la danza, por tanto, se presentan como valiosas fuentes documentales, complementarias a testimonios, documentos o relatos orales, que permiten reconstruir y resignificar nuestras historias. Las músicas, los sonidos e incluso los silencios se posicionan como generadores de conocimiento, promoviendo la producción de etnografías y cartografías sonoras como recursos para la investigación sobre la memoria y la historia (Snyder, 2001).

Autor Facundo Palacios

A través del relato del pequeño armonio, como se narra más adelante, se puede explorar la conexión entre la colonia galesa y la religión. De igual manera, la reconstrucción de un cancionero de música tradicional nos acerca a la historia y la identidad de la cultura galesa. Sin embargo, el uso de la música para reconstruir la historia y la identidad de un pueblo plantea el desafío de revivir las vivencias y experiencias musicales. La música que impuso la modernidad occidental globalmente llevó consigo la desaparición de espacios de vida musical comunitaria y de encuentro a través de lo sonoro. Es en este contexto donde parece residir el espíritu comunitario presente en las numerosas celebraciones tradicionales galesas de la región, reflejadas en sus danzas y cantos familiares.

La música no solo sirve como un reflejo de la identidad cultural de una comunidad, sino que también desempeña un papel vital en la transmisión intergeneracional de conocimientos y tradiciones. A lo largo de las generaciones, las prácticas musicales familiares y comunitarias se convierten en una parte integral de la socialización y la educación cultural de las personas. Estas experiencias musicales no solo proporcionan un sentido de pertenencia y conexión con la comunidad, sino que también transmiten conocimientos sobre la historia, las creencias y las tradiciones de la cultura en cuestión.

La música tiene mucho que contarnos sobre la historia de la Colonia Galesa en Patagonia, así como sobre sus orígenes en Gales. El pasado se reconstruye desde el presente, y desde nuestra actualidad, algunas de esas historias comienzan a ser relatadas a través de la música compartida en este libro.

 

Referencias:

Halbwacs, Maurice. (1992). On Collective Memory. Chicago: U of Chicago.

Shifres, F. (2020). Recuperar la vida comunitaria para la música. ECOS - Revista Científica De Musicoterapia Y Disciplinas Afines, 5(2), 5–25.

Snyder, R. (2001). Music and Memory. An Introduction. MIT Press.

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