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El Senado otorgó su máxima distinción a Dora Barrancos por su labor por la igualdad de género

“No nací para la servidumbre voluntaria”, dijo la integrante del Directorio del CONICET.


Fotos: Verónica Tello/ CONICET Fotografía
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Recibió la Mención de honor Domingo Faustino. “No nací para la servidumbre voluntaria”, dijo la integrante del Directorio del CONICET por las Ciencias Sociales y Humanidades.

Por su trayectoria a favor de la igualdad de género y su lucha contra el patriarcado, la doctora Dora Barrancos, directora del área de Ciencias Sociales y Humanidades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), recibió la mención de honor “Senador Domingo Faustino Sarmiento” de manos de la senadora nacional por Entre Ríos Sigrid Kunath.

“La doctora Barrancos vino a disertar a Paraná hace poco, habló sobre el patriarcado y las desigualdades, oportunidad en la que todos aprendimos muchísimo. Tanto, que al finalizar el encuentro se me acercó un hombre y me comentó: `¡Cuánto tengo que aprender!`, eso denota cuánto la necesitamos”, comentó Kunath al comenzar el acto de entrega de la mención de honor. El reconocimiento que recibió Barrancos es la máxima distinción que otorga el Senado a personas del quehacer cultural, deportivo, profesional y académico.

“Tu entonación sublime, tu alegría y optimismo que hace que cosas difíciles de desaprender parezcan sencillas. Tu mirada inspiradora, pero sobre la calidez y predisposición con la que acompañas tu faceta profesional es lo que nos animó a otorgarte esta distinción”, continuó la senadora nacional por Entre Ríos. En esa línea, Kunath destacó que su figura se hizo indispensable en la lucha por los derechos humanos de las mujeres y que su natural optimismo es una lección “para plantear y replantear las cuestiones que tenemos pendientes en materia de derechos sociales”.

A continuación, la investigadora del CONICET Adriana Valobra le dedicó unas palabras, en las que destacó su compromiso militante, sus aportes a la historiografía y su optimismo. “Dora me enseñó a no demorarnos en las angustias, porque tenemos la urgencia de la alegría”. Fuera de protocolo, la senadora por la provincia de La Pampa Norma Durango y el senador por la provincia de Chubut Alfredo Luenzo quisieron aportar su mirada sobre la homenajeada. “Es un honor estar participando de este acto, solo quiero decirle gracias a Dora”, dijo Durango. Y Luenzo se sumó: “Los hombres estamos aprendiendo a los golpes. Comparto este reconocimiento con los `machistas en recuperación`, que somos todos. El reciente debate por la despenalización del aborto nos transformó y ejemplos como el de Dora nos dan combustible para ser más justos y humanizados”, agregó el senador por Chubut.

Después de todas las palabras que le dedicaron, fue el turno de que hablara Barrancos. “Me siento diminuta con este premio –dijo-. Es una sensación extraña: hace poco tiempo estuve en este mismo lugar diciendo por qué la ley íbamos a hacernos más libres a las mujeres y a las personas gestantes. Es extraño porque luego vino la derrota, pero no soy un ser rumiante con las derrotas. Tengo un goce interno que no sé de dónde viene, es un principio spinoziano que me acompaña desde siempre”.

Y continuó: “La verdadera palabra de nuestra lucha no es empoderarnos, sino potenciarnos. Debemos tener poder pero sobre todo energizarnos, estar en estado de apuesta y de potencia”. Para finalizar, agradeció a sus colegas, a las universidades en donde dictó clases regulares y cursos especiales, al CONICET, a sus amistades y a su familia. Y sobre todo, a su esposo Eduardo, porque “hace más de cuarenta años fundimos nuestras emotividades, él eligió como compañera a esta figura díscola, y sabe que yo no nací para la servidumbre voluntaria”. Una vez finalizado su emotivo discurso, el público asistente, que llenó el Salón Arturo Illia del Palacio Legislativo, estalló en aplausos.

Nacida en la provincia de La Pampa, Dora Barrancos es licenciada en sociología (UBA), magister en educación (UFMG-Brasil), doctora en historia (UNICAMP). Profesora consulta de la UBA, investigadora principal del CONICET y directora del organismo en representación de las ciencias sociales y humanidades desde 2010.

Durante su época de estudiante, militó en la Juventud Peronista, y fue perseguida por la dictadura militar teniendo que exiliarse al Brasil para resguardar su vida. En este país la doctora Barrancos entró en contacto con el movimiento feminista. En 1984 regresó a Argentina.

Como historiadora, Barrancos se ha dedicado a estudiar el desarrollo del feminismo en Argentina, los movimientos sociales de principios del siglo XX, las revoluciones llevadas a cabo por las mujeres, los movimientos socialistas y anarquistas, y el rol de la educación en la historia argentina.

Ha sido distinguida por el CENIEH-España: Ciencia y Mujeres: 12 nombres para cambiar el mundo. Declarada “Personalidad Ilustre” de la CABA, y obtuvo el premio Excelencia Académica de la Universidad de Buenos Aires.

En 1994 Barrancos fue legisladora de la Ciudad de Buenos Aires y se hizo profesora titular regular de la cátedra de Historia Social Latinoamericana, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Coordinó también la maestría en Estudios Sociales y Culturales, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Pampa.

Entre 2000 y 2009 fue directora concursada del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (IIEGE) de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Dirigió la Maestría y el Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Quilmes.

Autora de varios libros, publicó entre ellos “Mujeres en la sociedad argentina: una historia de cinco siglos”, “Inclusión/exclusión. Historia con mujeres”, “La escena iluminada. Ciencias para trabajadores” y “Mujeres, entre la casa y la plaza”. En el año 2014 fue distinguida como “Ciudadana Ilustre” por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y en el año 2016, recibió el Premio Konex – Diploma al Mérito de las Humanidades en la Argentina.