CIENCIAS SOCIALES

ANALIZAN EL IMPACTO DE UNA TECNOLOGÍA SOCIAL PARA LA CALEFACCIÓN DE HOGARES

Un proyecto del CONICET que se propuso en 2020/2021 contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de hogares en situación de vulnerabilidad social.


“Casa, barrio, ciudad”, es una triada que se puede considerar virtuosa en la medida que provean de calidad de vida a las personas, pero que se vuelve problemática en contextos de precariedad, desigualdad y vulnerabilidad social.

Allí pone el foco un trabajo publicado recientemente por la Dra. en Geografía del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH-CONICET), María Paula Ferrari, donde se analiza el impacto social del uso de dispositivos tecnológicos para calefacción -estufas Rocket- a partir de promover su construcción y posterior uso entre los años 2020 y 2022, en 8 hogares de 4 barrios populares de Puerto Madryn en la Provincia del Chubut.

Ver nota ESTUFAS SEGURAS PARA HOGARES EN CONTEXTO DE VULNERABILIDAD

Esto fue posible, por haber accedido en 2019 a un financiamiento otorgado por el entonces Ministerio de Ciencia para ejecutar experiencias tendientes a la mejora del hábitat urbano, implementando estrategias socio-comunitarias de construcción de dispositivos tecnológicos para calefacción en hogares en situación de vulnerabilidad social y habitacional no conectados a la red de gas natural

Así, el artículo busca demostrar, precisamente, el impacto social positivo que el proyecto tuvo en virtud de la mejora del hábitat urbano, a partir de las ocho experiencias de construcción y apropiación de las estufas Rocket. La importancia que las familias le dieron al dispositivo como un medio seguro y eficiente de calefacción para su potencial uso en el hogar tanto como en espacios comunitarios -comedores, merenderos o asociaciones vecinales- da cuenta de la necesaria mirada integradora del espacio de la vivienda familiar con el espacio barrial en el contexto de la ciudad, para el abordaje de problemáticas inherentes a la calidad del hábitat.

El dispositivo tecnológico ejecutado en el marco del mencionado proyecto fue la estufa de masa térmica Rocket. La importancia de su implementación radicó en que la misma se constituye en un modo alternativo y práctico de calefacción en relación a las estufas a leña convencionales, dado que sus características constructivas introducen una serie de beneficios en su uso:

  • Ahorro en el consumo de combustible a partir de la presencia de conductos de circulación de aire en el banco de masa térmica;
  • Una mayor eficiencia en la capacidad de conservación del calor en el interior de la vivienda, dado que el banco de masa térmica posibilita la retención del calor y la perdurabilidad del mismo;
  • Así como los procedimientos constructivos basados en la bioconstrucción, fomentando el uso de recursos del medio natural local y materiales reciclables.

La mayoría de las familias utilizaba la salamandra para calefaccionarse antes de construirse la estufa Rocket en el hogar. Las salamandras son estufas a leña, que a diferencia de las Rocket demandan mayor cantidad de leña para su funcionamiento, principalmente por el hecho de no combustionar en su totalidad la madera, además de generar mayor cantidad de humo, tanto en el tiraje exterior como en el interior de la vivienda, lo cual conlleva un riesgo de intoxicación extra.

Por su parte, las estufas Rocket se consideran “eficientes” porque están diseñadas para la total combustión de la biomasa introducida para funcionar (maderas pequeñas, restos de poda, restos de pallets u otro material leñoso). La eficiencia está dada por la circulación del aire caliente a través de los conductos internos del banco de masa térmica, manteniendo el material en combustión por más tiempo en el banco y demandando menor cantidad de leña para el uso del dispositivo. El banco de masa térmica se encuentra conectado al tambor principal de la estufa –por lo general un tambor reutilizado de 200 litros que haya contenido aceite o algún otro producto-, que además de servir de conducto para el tránsito de aire caliente por el mismo, permite la retención del calor en el banco y en la vivienda, distribuyendo la calefacción de manera más uniforme y reteniendo el calor al interior del espacio habitado.

Los relatos de las personas entrevistadas reflejan estas cuestiones señaladas:

“¡La verdad que fue un cambio terrible desde que la tenemos! ¡Ahora el calorcito queda en la casa! Y si llueve, las paredes que se mojan por fuera, se secan más rápido también, porque hace más calorcito acá adentro. Cuando no teníamos la estufa no te daban ganas de ir a dormir”.

A partir de este y otros relatos que fueron recabados por la Dra. Ferrari realizando entrevistas en profundidad, y que le permitieron construir los indicadores que dan sentido al título del artículo publicado – “Evaluación de impacto social de estufas para calefacción en barrios populares de Puerto Madryn”- en la Revista Párrafos Geográficos del Instituto de Investigaciones Geográficas de la Patagonia (IGEOPAT), dependiente de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco; se observa que la idea englobada en el uso del término “calidad calórica” es la de que el calor no se pierde, sino que se “gana” al quedarse en la vivienda. El beneficio es el de “ganar” calor y el tipo de calor obtenido. Calidad del calor y “calor de hogar” en el sentido literal y metafórico de la expresión del término.

“¡Antes cuando tenía la estufa a leña (salamandra), cuando salía a comprar me sentía el olor a humo, en cambio con esta es distinto, no te sentís olor a humo, “ya no te sentís tan pobre” (risas), porque vas a algún lugar y hay olores a perfume y vos con un olor a humo!”.

Referencia bibliográfica

Ferrari, María Paula (2024), EVALUACIÓN DE IMPACTO SOCIAL DE ESTUFAS PARA CALEFACCIÓN EN BARRIOS POPULARES DE PUERTO MADRYN. Párrafos Geográficos. Vol. 1,núm. 23, p. 20 - 44, 2024 Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Argentina

Por Lic. Diego Núñez de la Rosa

Comunicación IPCSH